Según la Real Academia Española, la acción de trabajar es ocuparse en cualquier actividad física o intelectual.
Cuando en una fábrica de automóviles el personal en lugar de realizar todos los procedimientos para producir coches se especializa en un determinado rol como podría ser mecánico, diseñador, ingeniero, etc., estamos hablando de división de trabajo.
La división del trabajo es inherente al ser humano, inicialmente la división del trabajo se dividía por sexos: los hombres se dedicaban a la caza y las mujeres a la recolección, luego por habilidades de cada individuo como agricultores, herreros, alfareros y en nuestros días por cualificación profesional y técnica aunque como seres que utilizamos herramientas ahora nuestras principales herramientas son los ordenadores e internet.
El concepto de división de trabajo nace en el año 1776 gracias a Adam Smith en su célebre obra: “La Riqueza de las Naciones”.
Adam Smith sustentaba que la principal fuente de riqueza era el trabajo y que la especialización incrementaba la cantidad producida y optimizaba el tiempo de producción.
Sus afirmaciones:
“El trabajo anual de un país es aquel fondo que en principio proporciona todas las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente consume el país; y estas cosas son siempre o el producto inmediato de este trabajo, o compradas a otros países con este producto”.
“Pero el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia. No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, siempre de su provecho. La mayor parte de estas necesidades por el momento se satisfacen, como las de los otros hombres, por trato, por intercambio y por compra”.